Los kioscos han sido de los negocios más castigados desde el comienzo de la cuarentena en todo el país. Adrián Palacios, presidente de la Unión Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), aseguró que son 50.000 los kioscos que cerraron sus puertas, muchos de manera temporal y otros quizá definitivamente.
El principal motivo de los cierres es el desplome de la demanda, sobre todo en los cascos urbanos donde se encuentran las oficinas, dado que no hay circulación de gente, los alquileres son más elevados y la tarifa de luz puede ascender hasta 25 mil pesos. “Los que sobreviven son los barriales, que se transformaron en “kioscos-almacenes””, indicó Palacios.
Una ecuación que los kiosqueros advierten que es “insostenible” poder pagar la mayoría de las obligaciones. Situación que se agrava con la necesidad de mantener los locales abiertos con los riesgos sanitarios que esa situación implica pero que se torna inevitable para poder subsistir durante la cuarentena impuesta
Son alrededor de 100 mil los kioscos en todo el país y la mitad actualmente no abre sus puertas. Además, estimó que, si se extiende la cuarentena hasta fin de abril, unos 10 mil kiosqueros no podrán volver a abrir sus comercios porque al no facturar, no podrán afrontar los costos fijos como alquileres y servicios.