El habitáculo de un vehículo suele ser uno de los espacios donde se pasan más horas del día, luego de los hogares o los lugares de trabajo. Muchas veces, además, se comparte ese espacio con otras personas y no siempre se consigue disponer del tiempo necesario para una limpieza sistemática. Así, el interior se convierte en un lugar perfecto para la proliferación de bacterias y otros microorganismos.
En tiempos de extremo cuidado como los que demanda el coronavirus, además tomar las medidas preventivas (quedarse en casa, lavarse las manos y taparse la boca con el codo al estornudar o toser), el interior de los autos también debe limpiarse y desinfectarse minuciosamente.
La tarea inicial consiste en aspirar profundamente todo el habitáculo para remover y eliminar tierra, arena, polvo, pelos y toda suciedad, tanto en alfombras como en los tapizados de los asientos. Las alfombras de goma, las más fáciles de limpiar, deben sacarse para lavar con agua –y jabón- a presión. Luego volver a colorar recién cuando estén totalmente secas. Pero si las alfombras son de tela hay que hacer doble tarea: primero pasarles un cepillo de cerda para sacarles la suciedad y luego aspirarlas muy bien. Si las manchas aún persisten, repetir el procedimiento con un cepillo húmedo y luego dejar secar.
Las manijas de las puertas, la palanca de cambios, los distintos comandos y los cinturones de seguridad son los puntos donde se intercambian más fácilmente los gérmenes. Por lo tanto, antes de subirse al vehículo resulta primordial limpiarse bien las manos con líquido desinfectante –alcohol en gel, por ejemplo- y pasarle el mismo producto también al volante, la palanca de cambios y el freno de mano. Idealmente, realizar lo mismo al salir del vehículo y antes de entrar a casa.
Por lejos, la pieza más sucia del auto es el volante: en comparación con otros objetos, su superficie es seis veces más sucia que la pantalla del teléfono celular, cuatro veces más que un inodoro público, y dos veces más que los botones de un ascensor público. Debe desinfectarse siempre que sea posible.
Pero también es necesario mantener limpia la superficie frontal del tablero y la consola de instrumentos, porque allí existen espacios muy pequeños que acumulan polvo, y por lo tanto gérmenes. Como no suelen ser fáciles de limpiar, lo mejor en esos casos es usar un pincel de cerda suave, que no dañe superficies, y una aspiradora con cabezal pequeño para retirar el polvo de las rejillas de ventilación. Luego repasar la superficie completa con un paño suave con líquido limpiador. Cuidado con los aerosoles: no abusar de ellos porque pueden dañar los comandos eléctricos.
El uso del climatizador ayuda a que entren partículas al habitáculo que luego permanecen por mucho tiempo dentro. Por eso, hay que revisar frecuentemente el filtro anti-polen, que es el encargado de atrapar el polvo e impurezas del exterior y evita que ingresen al interior del vehículo.
Finalmente, recordar desinfectar también el celular, que es otro elemento que transporta gran cantidad de gérmenes hacia el interior del vehículo. Y, en la medida de lo posible, repasar las ventanillas con limpiavidrios y papel húmedo. Por supuesto son tareas que demandan tiempo extra, pero pueden resultar clave en la prevención y el control de una enfermedad como el coronavirus.
Esta entrada ha sido publicada el 23 de marzo, 2020 16:09
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