Silvia Almada, madre de Ángel Almada, se reunió con Sergio Rivarola en la Terminal de Ómnibus de San Luis, el hombre trasplantado que recibió el órgano del joven asesinado en 2016 en Ingeniero White.
La mujer fue desde Bahía Blanca en la primera hora del lunes, acompañada por una de sus hijas, Mía, de 11 años. Ambas fueron recibidas por Sergio, el paciente receptor del órgano.
Los tres se fundieron en un abrazo mutuo, que sirvió como muralla de contención de las lágrimas de los protagonistas de una historia que reúne alegria, vida, dolor y muerte.
El abrazo, el volver a sentir el corazón de su hijo, la emoción, el llanto emocionado de ambos en la mañana puntana. Momentos que ninguno olvidará.
Una demostración más de la importancia fundamental que tiene la donación de órganos.
Viviana, su tía, fue el primer nexo que tuvo la familia, cuando Rivarola le mandó la solicitud de amistad en facebook. “Cuando lo acepté y vi su perfil, supe que se trataba del receptor del corazón de Ángel. Fue una gran emoción, que tuve que procesar” dijo ante Canal Siete.
El hombre había estado en Emergencia Nacional y desde el día que fue intervenido quiso saber de su donante. Finalmente ese día llegó.
