Gabriela Fernández tiene 34 años y es madre de dos niños. Luego de capacitarse durante un tiempo, empezó a trabajar en el servicio de emergencias, convirtiéndose en la primer mujer en conducir una ambulancia en la ciudad de Bahía Blanca.
No fue fácil. Tuvo que atravesar un proceso de capacitación, evaluación y adaptación para llegar hasta donde está. “Me emociona porque para mi es un sueño cumplido” asegura.
Emocionada destaca el buen recibimiento que tuvo por parte de sus compañeros, con quienes comparte todas sus guardias . “Son todos hombres y me recibieron muy bien. Me ayudan cada día y me aconsejan. Ellos me calman. Me siento como una más”.
Gabriela alienta a todas las mujeres que lo deseen a que se animen a ocupar este tipo de puestos estereotipados por los hombres, que no bajen los brazos y que demuestren que la capacidad la tienen.