Sandra Lagleyse, tiene un local en Villarino 18. Cuando llegó a ese lugar los perros estaban ahí y solo les dan de comer y les tiraron unos colchones junto a otras vecinas. Están castrados y con las vacunas al día. Según menciona no molestan a nadie, aunque para algunos es “poco estético”.
Solo pide que se los respete, aunque teme por si alguien les hace algo.