Volvieron las clases, se terminaron las vacaciones. Esto es algo que cuesta tanto a padres como a hijos. Pasamos de disfrutar del tiempo libre, de la libertad de no tener horarios estrictos marcados por la hora de tener que entrar a trabajar o al colegio, a que el despertador vuelva a sonar cada mañana. Pero siguiendo algunos consejos, la vuelta a la rutina se nos hará menos dura.
Todos, los adultos, pero especialmente los niños, necesitamos un periodo de adaptación. Los horarios en el verano son más flexibles, la hora de acostarse y de levantarse se modifica. La opinión de un especialista.