Como lo hacen periódicamente a partir del debate en el Senado del proyecto de aborto legal y gratuito en julio de 2018, aparecieron caminando en parejas en la vereda norte del Congreso Nacional, en silencio y con actitud sumisa como las criadas de la novela distópica de la canadiense Margaret Atwood, autora de El Cuento de la Criada.
Usaban una toca blanca que les ocultaba el rostro y los cuerpos envueltos en túnicas rojas. Las mujeres fértiles, en la obra, son obligadas a gestar hijos para las clases dominantes. La escritora se inspiró en las desaparecidas embarazadas durante la dictadura, cuyos hijos fueron apropiados y todavía son buscados por sus familias biológicas.
En fila, se pararon frente al parlamento sobre la avenida Entre Ríos, ante la mirada curiosa y atónita de los transeúntes y automovilistas. Allí, la periodista Miriam Lewin leyó un texto con referencias al Paro Internacional de Mujeres.
Estamos acá para decirles a las senadoras y a los senadores que apoyan el aborto clandestino que son responsables de muertes y torturas. Estamos acá para gritarle a este Parlamento, a este gobierno y a esta sociedad ‘No somos sus criadas’. No estamos dispuestas a ser las protagonistas de un cuento de terror. Estamos juntas, estamos hartas y estamos en rebeldía. Estamos transformando todo este dolor, toda esta rabia y estas toneladas de impotencia en un terremoto que sacude los cimientos sociales. Estamos parando este mundo horrible en cada barrio, en cada escuela, en cada casa y en cada pedacito de territorio donde nos quieren sujetar a la violencia de una vida sin derechos y sin justicia.
Estamos organizando las formas de resistir a este brutal sometimiento de nuestra subsistencia cotidiana y creando otras formas de producir lazos sociales más justos, más libres y más alegres.
Nos merecemos vivir una vida sin violencia. Nos merecemos un futuro sin fundamentalismos Nos merecemos nuestras utopías. Sabemos cómo hacerlo porque somos las hijas de esas Madres que desafiaron el terror, porque somos las hermanas de esas mujeres que torturaron, violaron y obligaron a parir en campos de concentración y porque somos las nietas de esas Abuelas que siguen buscando las niñas y niños que robaron. Ellas nos enseñaron a no tenerles miedo.
Tenemos en nuestros cuerpos la memoria de todas esas batallas ganadas a la impunidad. Tenemos en nuestras cabezas las lecturas de quienes con el dolor de las sobrevivientes hicieron arte para alertarnos de los peligros y para alentarnos a la rebelión. Tenemos en nuestros corazones la furia y la razón.
Estamos acá porque hoy detenemos la producción de violencia y miseria, paralizamos el horror y silenciamos el odio.
Estamos aquí para recordarles aquello que han traicionado, lo primero y más importante: ¿Escuchan?
Cantando el Himno Nacional, las criadas levantaron carteles en los que reclamaron la legalización del aborto. Se espera que el proyecto rechazado en el 2018 en el Senado vuelva a ingresar este año para su tratamiento parlamentario.
Fuente: TN