La historia de los cuadernos de la corrupción kirchnerista empieza a tener sus primeras derivaciones mediáticas tras la detención de 14 involucrados, entre empresarios y exfuncionarios. La mujer de Oscar Centeno, el hombre que anotó durante años lugares, montos y personas que recibieron bolsos con dinero desde el Ministerio de Planificación K, rompió el silencio. En una entrevista con la revista Noticias dijo que los anotadores los tenía en su placard.
El adelanto del testimonio de Hilda Horovitz se conoció a través del programa Animales Sueltos, que difundió dos audios con breves declaraciones de la mujer al periodista Rodis Recalt. En uno de ellos, asegura que su ex conoció al Néstor y Cristina Kirchner de entre casa. “Sí. Oscar me habló de Cristina cuando iba en Olivos; la veía en pijama, desarreglada, pero no tenía contacto con ella. Se hablaba mucho más con Néstor Kirchner”, aseguró Horovitz.
En el otro fragmento relata que su ex tenía la idea de decirle a Baratta que si “no lo llevaba” a algún lado, una vez que se fue del poder el kirchnerismo, “iba a utilizar los cuadernos para mostrarlos”. “Los terminé usando yo”, apuntó. “Los cuadernos estaban en mi placard”, es el título principal de la publicación, que aun no salió en forma completa. Según trascendió, la mujer cuenta que sabía que su pareja anotaba todo, pero no vio hacerlo. Sí estaba en conocimiento de su existencia. También contó que le pegaba y sufrió maltratos.
La crónica de una separación
Oscar Centeno e Hilda Horovitz se separaron en 2016 tras poco más de nueve años de relación. Las cosas no terminaron de la mejor manera. Hubo recelos, reproches y cuestionamientos cruzados. Casi un año después de la ruptura, la mujer de 51 años se acercó hasta el despacho del juez federal Claudio Bonadio y acusó a su expareja de llevar y traer bolsos repletos de dinero.
La pareja se conoció en un apart hotel de Parque Centenario en mayo de 2006. Hilda era la encargada del lugar y en pocos días comenzó una relación sentimental con él. Se mudaron juntos a una casa en Martínez, en la zona norte del gran Buenos Aires, y luego a un edificio en Bartolomé Mitre 2227, propiedad de Centeno. Un tiempo después, en 2012, cambiaron a Olivos. La mujer, incluso, comenzó a trabajar en Planificación gracias a propio Baratta.
La relación venía bien hasta que empezaron las peleas. Según declaró el propio Centeno ante la fiscal Silvana Russi en una denuncia por extorsión contra Horovitz, “la relación entre los dos siempre fue compleja” y “para 2015, la convivencia se volvió insostenible”. En ese expediente, el chofer sostuvo que Hilda le pidió dinero para callar lo que sabía sobre los bolsos que llevaba.
En esa misma causa Horovitz reveló que Centeno llevaba a Baratta a recorrer cuevas financieras para buscar plata que retiraban en bolsos. También sostuvo que el exfuncionario le daba dinero a cambio de su silencio y que las peleas que tenían eran con “trompadas e insultos”. En noviembre de 2017 fue más allá. Ante Bonadio solicitó se le recibiese “declaración testimonial en la causa Núm. 10.456/2014, caratulada ‘De Vido, Julio Miguel y otros s/defraudación contra la administración pública”. Las pruebas quedaron a la vista.
Fuente: tn.com.ar