El primer tramo de la misión de rescate a contrarreloj de los 12 chicos y el entrenador atrapados en las profundidades de una cueva en Tailandia fue exitoso. Los cuatro adolescentes salieron a la superficie y fueron trasladados a un hospital de campaña. “Están seguros y bastante bien”, indicó la policía local.
El hospital de campaña recibió a los dos primeros rescatados, informó Tossathep Boonthong, jefe del departamento de Salud de Chiang Rai. “Están haciéndoles controles“, precisó. La primera etapa priorizó el rescate de los adolescentes más chicos y en peores condiciones de salud.
La marina de ese país aceleró los plazos de rescate luego de que detectara una baja considerable del agua en la zona. En el operativo trabajan 18 especialistas experimentados, y se prevé que el rescate podría durar entre dos y tres días. En la entrada de la cueva hay cinco ambulancias y una gran cantidad de equipos médicos.
“Hoy es el gran día… los niños están preparados para afrontar todos los desafíos”, dijo en conferencia de prensa el jefe de la célula de crisis Narongsak Osottanakorn, que explicó que los chicos saldrán uno por uno. Se registra una fuerte caída de lluvia en toda la región, por lo que las autoridades decidieron adelantar el operativo.
El mayor temor de los marinos y equipos de rescate que trabajan en el lugar es que las fuertes lluvias no solo dificulten la salida, sino que hasta incluso inunden el lugar en el que los jóvenes permanecen desde hace 15 días.
Otra cuestión que preocupa a los técnicos es la calidad del aire en la cueva: la cantidad de oxígeno bajó en las últimas horas hasta un 15 %, cuando se estima que lo necesario para respirar con “normalidad” es un 21 por ciento. Es por ello que las autoridades decidieron ir en busca de los menores y su profesor.
El plan de la marina de Tailandia es que cada chico -de entre 11 y 16 años- vaya acompañado por un buceador experimentado a lo largo de los cuatro kilómetros que los separan de la entrada de la caverna. Las condiciones de buceo son extremas: y los profesionales deberán quitarse el chaleco y llevar el tanque por delante en un pasadizo muy estrecho.
Si bien los marinos les enseñaron a los chicos las nociones básicas del buceo, muchos de los jóvenes ni siquiera saben nadar. Estuvieron 9 días sin comer y en la oscuridad total, hasta que fueron encontrados por dos buzos ingleses.
El riesgo de esta misión quedó en evidencia tras la muerte de uno de los buzos voluntarios. El hombre, de 38 años, se quedó sin oxígeno en el camino de vuelta.