Le secuestraron el auto a un empleado de una contratista de ABSA por conducir en estado de ebriedad. El vehículo estaba estacionado en doble fila en Soler al 200.
El test de alcoholemia arrojó un resultado de 1,52 gramos de alcohol en sangre, el triple de lo permitido por la ley. El conductor se negó a realizarse la contraprueba y el personal municipal secuestró el Fiat Uno que estaba en infracción.