El Consejo Superior Universitario resolverá hoy su corresponde dejar cesante a un preceptor del Ciclo Básico acusado de acosar a alumnos. Las autoridades escolares iniciaron un sumario al auxiliar docente Gustavo Ponce tras las denuncias presentadas por madre de chicas de entre 12 y 14 años, que se sintieron molestas, incómodas y angustiadas por las actitudes del hombre. Otro alumno denunció haber recibido un golpe en la cabeza a mano abierta por parte de Ponce. “Sos mi tentación, te voy a dejar la cola colorada”, le habría dicho Ponce a las alumnas.
Una de las denuncias fue presentada por la docente Liliana Granero, quien relató que las alumnas expresaban comentarios como “no lo soporto más, es un baboso que la acosa con la mirada y con expresiones del tipo <sos mi tentación> <que linda que sos..>” y otras insinuaciones del mismo estilo. También narró la denunciante que otra de las alumnas contó como un día Ponce la obligó a darle un beso en la mejilla para saludarlo. Finalmente cuentan varios alumnos como Ponce le dio un golpe en la cabeza a un alumno porque no se había callado cuando él lo pidió.
Las madres de las alumnas declararon que Ponce le daba dinero a las sus hijas para que compren golosinas en horarios de clase, y que se dirigía hacia ellas como “Las preferidas”; “Sos mi diosa”, intentado tomarlas por la cintura y tirándole besos. También señalaron que las niñas se sienten incómodas y les causó malestar “el hecho de que para hablarles se acerca demasiado”.
Granero tembién señaló que los alumnos estaban desesperados y que contaban que “se sentían desvestidas por las miradas del profesor Ponce”; que cuando les sonaba el celular les decía: “ese soy yo que estoy invitándote a salir” y que les ponía las manos a las chicas sobres los hombros, es decir contacto físico desmedido”.
Una de las alumnas declaró que “Una vez Ponce estaba en el patio comiendo una manzana y le pregunté si tenía otra para convidarme. A lo que me respondió para vos hay porque sos mi tentación”; “”En otra oportunidad, estaba en el aula parada, viene él y me toca el arito del ombligo”; “En otra oportunidad estaba parada en la puerta de la entrada del aula y viene de atrás y me empuja para adentro y caigo al piso”; “Cuando estaba llamando por teléfono a mi madre me dijo ¿Qué me estas llamando a mí para salir?”; “En otro momento me tomó de frente por los hombros y me dijo acariciándome la cara: sos más linda que mi señora”.