Rocío Kappes a los seis años supo que la danza clásica era su gran pasión, no lo dudó un instante. Era donde quería estar, más que en cualquier otra parte.
Hoy, a los 20 años, la dedicación es aún mayor que la de aquella niña. La bailarina no solo sabe dónde pisa sino hacia donde va; y está frente a la oportunidad de su vida. En el último año, estuvo en Barcelona y en Estados Unidos, en certamenes y becas que le permiten pulir su gran nivel y soñar más alto.
Una puerta que comienza abrirse a oportunidades en los espacios más valiosos de la disciplina en Europa. La bahiense no se conforma y quiere más.
Su sueño, ser bailarina profesional.