Se llama Mora y es raza salchicha, el martes 3 de enero, viajaba con sus dueños por la ruta 22 y en el KM 808, un accidente de tránsito le hizo perder la vida a dos de los integrantes de la familia, murieron calcinadas tras el incendio del vehículo.
Su dueño es Ian, un niño de 13 años que vio morir a su mamá en el choque y no la pudo salvar.
Sumado al dolor incomensurable de la pérdida, además su perra del susto logró salir del auto y nadie más la vio. Desde las redes sociales, agrupaciones mascoteras, comenzaron la búsqueda para saber si alguien la había visto.
Pasó una semana y Carolina Lacaze, mascotera y
comprometida, viajó desde Bahía Blanca hasta el sector donde la habían visto a la perra. No importó la cantidad de kms, había que encontrarla y ayudarla.
Y así fue como la historia empezó a tener una buena entre tanta tristeza. Fue llevada hasta Bahía Blanca, donde la vio el veterinario y le dijo que solo le hacía falta tranquilidad, agua y alimentarse porque se la veía muy flaca, pero sin lastimaduras ni daños severos.
Pocos minutos después, la familia se reencontró con Mora, una historia que se transformó en una caricia al alma.
Voluntad, solidaridad y sobre todo mucho amor.