Carla Gigena, tiene 27 años y padece pie bot, un defecto de nacimiento, en el que el pie se encuentra torcido o invertido hacia dentro y hacia abajo. Las personas afectadas frecuentemente aparentan caminar apoyados en sus tobillos.
Hace más de un año, la operaron a la joven en el Hospital Penna, le pusieron 6 tornillos, pero no funcionó y ahora le tienen que poner un clavo (que ronda un valor de 25 mil pesos), que mandó a pedir a la obra social IOMA.
Hace 6 meses que el trámite va y viene de La Plata a Bahía Blanca, y ella está cada vez más desesperada, necesita una solución urgente. Su pie ya no tolera más los tornillos y las molestias que le ocasiona.