El municipio avanza con los sumarios internos a los integrantes de la Guardia Urbana que encubrieron a un compañero que tuvo un accidente con su auto particular.
Fuentes del gobierno municipal señalaron que el paro que hicieron los inspectores el viernes fue una forma de presionar para que se frenen los sumarios a los empleados que no cumplieron con su tarea. Aseguran que utilizaron como excusa la falta de entrega de los uniformes para exigir que se frene la investigación.
El hecho, que generó una una gran polémica, ocurrió el 4 de agosto cuando un empleado municipal protagonizó un extraño choque y los inspectores no dejaron registrada la situación. Los vecinos denunciaron que el conductor estaba visiblemente alcoholizado, pero no le hicieron el test de alcoholemia. Además en lugar de secuestrar el vehículo, se usó la grúa municipal para trasladarlo a la casa del inspector que protagonizó el accidente. Luego del escándalo renunció el jefe de la Guardia Urbana Abel Jesser.
Escándalo en la Guardia Urbana: Investigan a tres agentes por encubrir a un compañero
