Takashita Sokichi, es japonés, oriundo de Osaka, tiene 68 años y su sueño era poder cruzar el mundo caminando, porque ama la naturaleza.
Hace 8 años, las esperanzas se convirtieron en realidad, cuando su tienda de libros en la que el trabajaba, cerca de Nigata, en la costa Oeste de Japón, se fundió y tuvo que modificar su vida. Y no lo dudó. En el 2009, salió a la ruta y desde entonces ha caminado a través de las islas japonesas de Hokkaido y Sado, pasó por Estados Unidos, Canadá, China, Turquía, Grecia, Australia, España, y hoy también hizo su paso por Bahía Blanca, pero su meta final será Ushuaia, lugar que tiene pensado llegar el 31 de diciembre. Recorriendo así 24.000 km.
No habla en castellano, solo entiende algunas palabras en inglés, y sino su idioma a la perfección, por eso la comunicación con Takashita solo pudo ser a través de un traductor del celular que nos facilitó la historia de este viajero.
Una de las anécdotas que recuerda fue en Perth, cuando casi es atropellado por un auto. Además también dice que sufrió el calor extremo, superior a los 50 grados, donde pensó que perdería la vida.
En su carro con el que camina 30 km por día, lleva alimentos y algunas prendas para los diversos cambios de clima. Tiene la bandera de Japón, una que le obsequiaron de Australia y otra de Argentina, además lleva dos peluches, que le hacen compañía, porque según sostiene “la parte más difícil es la soledad”.
Con su celular y un fibrón, se saca fotos con las personas que lo paran para conocerlo y les hace firmar su nombre en una bandera japonesa, en un recuerdo que para él, será eterno. Para el japonés, no hay tiempo, ni distancia, hay voluntad de lograr su propio sueño.
Una foto publicada por Rodrigo Nistal (@rodrigo_nistal) el