Los allanamientos y las detenciones de la banda de las pastillas se aceleraron por la preocupación que generó en los investigadores la situación de dos jóvenes que estuvieron al borde de la muerte por el consumo de drogas sintéticas en las fiestas.
Además para el fiscal Antonio Castaño resultó alarmante la presencia de menores el lugar donde se daba el consumo de estas drogas peligrosas.
En la causa se afirma que “se han constatado que al menos dos personas estuvieron al límite vital […]En una de las fiestas electrónicas, una mujer quedó desvanecida y fue asistida por dos personas de seguridad del boliche para ser transportada por la ambulancia de SEM con absoluta discreción.”
Uno de los oficiales de prefectura que estaba haciendo tareas de inteligencia en El Reino declaró que “pudo verse que la femenina tirada no respondía a signos vitales”
Incluso el fin de semana anterior a los allanamientos se vio que un muchacho salió del boliche y dijo que estaba descompuesto. Los testigos señalaron que el joven “creía que le habían puesto una pastilla en la bebida, dado que tenía mucha sed”. Ante esto es socorrido por el personal de El Reino, quienes le llevan agua en reiteradas oportunidades.
Por eso la fiscalía sostiene que todos los involucrados tenían “pleno conocimiento del tráfico abierto y público” de las drogas sintéticas y así lo promocionaban desde las redes sociales.
Desde un grupo cerrado de Facebook explicaban que la fiesta iba a contar “con un sector de enfermería con personal certificado y autorizado para actuar en caso de una descompensación… en os baños habrá dispensers con agua potable”
Ante esto se decidió darle cierre a la etapa de seguimiento de los acusdos y se ordenaron los procedimientos que terminaron con las detenciones de Guido Gentili, Francisco “Pinino” Salazar, Matías Cragno, Mariano Trelini y Javier Selvaggio. También la imputación de los “facilitadores del lugar”, los propietarios de El Reino, Lucio Miguel Serrón, Federico Isla Vieyra y Mauro Ezequiel Simón.
