Las apuestas en línea y deportivas, muchas veces clandestinas y con nulos controles, se convirtieron en una oportunidad de ganar plata fácil para los chicos. Cuál es el motivo que los lleva a apostar y las bajas expectativas que les genera sobre el futuro.
El aumento de las publicidades en las redes sociales generaron un negocio propicio para los casinos virtuales y las apuestas en línea. El peligro de la falta de regulación y el incremento de los influencers que se suman a promocionar estas prácticas -muchas veces son clandestinas- generan que la información termine al alcance de la mano de un público muy influenciable: los adolescentes.
Los especialistas aseguran que los varones de entre 15 y 25 años son los principales consumidores de estos juegos online y que, además de ser un entretenimiento, genera falta de proyectos a futuro ante el ingreso de “dinero fácil”.
El modus operandi es sencillo: las historias de Instagram redirigen a una cuenta de WhatsApp, que permite crear un perfil en cuestión de segundo para dar apertura al juego. El pago a través de billeteras virtuales que pueden utilizarse desde los 13 años y el nulo control sobre quiénes acceden a estos links generan más atracción entre los jóvenes.
Todo al alcance de la mano y de la conectividad de internet.
Mariela Coletti (M.), psicóloga e integrante del equipo de analistas especializados en ludopatía, adicción a video juegos y pantallas Entrelazar, explicó cuál es la situación actual de los chicos que se involucran en el mundo de las apuestas. Las estadísticas muestran que los chicos de entre 15 y 25 años son el público preferido de las publicidades que circulan en Internet.
“Desde que apareció la opción de la apuesta a través del teléfono se generó una conjunción entre el fútbol y apuesta que une dos pasiones”, destacó.
A esta unión se le suma otra punta indispensable: ganar dinero sin trabajar y acertando un resultado. “La apuesta tiene esa emoción a la que se le añade el bombardeo de las publicidades que están totalmente desreguladas”, agregó Coletti.
Sin ir más lejos, varios de los equipos de primera división del fútbol argentino llevan en su camiseta como primer sponsor una casa de apuestas. La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) firmó un contrato con una de ellas por lo que es común ver en medio de los partidos una publicidad que te cuenta lo fácil que es apostar por algo que está sucediendo en el momento.
Cabe destacar que hay un porcentaje de casinos online que están regulados en gran parte del país desde el 2021. Sin embargo, desde el Instituto Provincial de Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires, indicaron que el 80% de los circulan en redes son clandestinos.
A pesar de que muchos son legales, la posibilidad de apostar a través de perfiles que no son propios y con tarjetas de un tercero genera que los chicos y adolescentes puedan concretar la apuesta de manera rápida y fácil.
M. es una adolescente de 15 años y contó a este medio que conoció los casinos virtuales por redes sociales. Juega una hora por día y su apuesta ronda los $1000. Lo máximo que ganó hasta el momento fueron $6000. “Juego porque estoy aburrida”, explicó.
L. tiene 16 y es varón. Comenzó a jugar luego de verlo en estados de WhatsApp que promocionaban conocidos. Contó que ingresa varias veces al día a “jugar algunas fichas” y que llegó a ganar hasta $25.000, aunque terminó perdiendo la mitad de ese dinero.
Por otro lado, M., también de 15, explicó que ingresa para apostar los días de partidos porque “son los que más pagan”. Llegó a estas apuestas a través de redes sociales y el premio más alto que alcanzó fue de $30.000.
“No solo depende de los chicos, lo tenemos que leer en un contexto y después va a depender de cada uno de ellos. Los grupos en los que se mueven, si siguen influencers que muestran dinero y lujos, la capacidad de hacer plata de manera fácil asociada a estas apuestas, entran en una idea mágica sin calcular ninguna consecuencia”, explicó la Licenciada Coletti.
Con respecto a la publicidad de los famosos, sumó: “Se muestra un costado del asunto en redes, pero hay miles que solo quedan detenidos en sus vidas porque creen que tienen que esperar un golpe de suerte. Es un mensaje tan engañoso para los chicos que hay que advertirlo, porque una cosa es entretenerse y otra creer que puedas encontrar la clave de tu vida”.
“Los mantiene en un estado de no crecimiento. No les permite construir una base, los chicos no tienen una perspectiva de futuro muy promisoria, ven un mundo un poco hostil, es todo muy incierto en este momento, creo que hace que se infantilice mucho y no permite que crezcan ni construyan. Estas prácticas no le da un instrumento”, indicó.
Para la profesional, el ingreso de los jóvenes a este mundo se trata de una sumatoria de cosas que provienen de otros entornos: “Es una rueda que va entrando y puede derivar en algo más complejo. Se hace el infinito el consumo de estas prácticas y puede detenerse de una manera bastante dramática: caundo te quedás sin plata o tenés deudas.
De igual manera, explicó que “lo que vale no es tanto la ganancia o la pérdida, sino el juego en sí”. “Es la sensación que se obtiene de estar jugando, de ‘tuve tanto, después no tuve nada’. Es la sensación de estar en ese constante desafío, de estar perdiendo y volver a ganar. El dinero pierde valor. Quizás ganó $60.000 y con esa plata puede seguir jugando y ganar más porque el asunto comenzó sin nada, pero mientras tanto jugó un montón”, agregó.
Coletti aclaró que “siempre hay que tener en cuenta que una adicción no la padece cualquier persona. “Lo que llamamos adicción se instala bajo ciertas condiciones que se dan por varios factores. Uno de ellos es la situación personal del que tiene la adicción, la otra está dada con que se pueda armar un hábito en la apuesta que puede desencadenar un exceso. La situación personal de quien la vive y el contexto, como el actual, son muy favorables a que entren en distintas adicciones”, sostuvo. Sin embargo, aclaró que una sola de estas condiciones no alcanza para llegar a una adicción, sino que tienen que darse con motivos múltiples”.
La Lic. en Psicología Débora Blanca (M. 23548), directora de “Lazos en juego” destacó que los chicos apuntan a ganar dinero pero “no se habla de trabajo”. “La oferta enorme de apuestas online coincide con un momento histórico donde el paradigma de trabajo está totalmente cambiado. Quieren ganar plata que no es lo mismo que trabajar”, explicó.
Y esta práctica empezó a generar preocupación entre los docentes. “En las escuelas empiezan a convocarnos a los psicólogos especializados por esta problemática”, contó Blanca. “Los profesores están siendo los primeros en indicar dónde esta el problema, como en los bingos los empleados los ven antes que sus propios familiares. Juegan en los recreos”, detalló.
Ante esto, sostuvo que “se alimenta la ilusión de que podes tener mucha plata o independizarte” y señaló que estas prácticas suceden mucho en familias donde el dinero sobra. “Entonces es algo más lo que sucede ahí, no es por el dinero, pero es lo más importante porque es lo que utilizan para llevar adelante todo esto”, destacó.
“Las apuestas online son mas adictivas que las apuestas presenciales debido a que mientras mas rápida es la respuesta más rápido el dinero fácil y puede obtenerse estando en cualquier lado, como en el colegio”, advirtió.
Blanca destacó que en el casino presencial puede llevarle hasta 8 años a una persona que juega hacerse adicta, pero en el juego online solo se necesitan 2.
Con respecto a las llamadas de atención sobre adolescentes que pueden volverse ludópatas, explicó: “Dejan de hacer cosas que les gustaban, tienen cambios de ánimo, empiezan a estar mas taciturnos y no les entusiasma nada. De repente hay mucha plata y no se sabe de dónde y de repente no hay nada”.
“Por eso muchos terminan endeudados, porque lo que necesita el ludópata es entender. En el juego hay mucha impulsividad, los adolescentes están muy impulsivos, ansiosos, no saben donde poner energía, y ahí ponen todo”, agregó.
Con respecto a esto último, manifestó que “la adolescencia hoy está muy expuesta al igual que la niñez”. “Bajó la de edad de inicio en todo: en el tema del alcohol, en la iniciación sexual, en la adicción a las drogas y en el juego también”, dijo y explicó que “las crisis vitales de los adolescentes, de estar descubriéndose, rivalizar con los padres, las patologías o los síntomas que hacen hoy sean distintos a tres décadas atrás”.
“Es importante juntarse, dejar los celulares, charlar un ratito, que los padres les cuenten a los hijos también las cosas que les pasan. Esto que parece una tontería es fundamental, son ratitos”, remarcó Blanca.
Si tenés problemas con el juego, comunicate con línea de atención gratuita 0800-444-4000 que funciona las 24 horas, los 365 días del año, del programa de Prevención y asistencia al juego compulsivo.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 25 de julio, 2023 10:16
Deja un Comentario