La pandemia de coronavirus activa otros temores en Latinoamérica. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en la región 14 millones de personas podrían ser “empujadas” al hambre debido a las largas cuarentenas, la destrucción de trabajos y la recesión económica.
En 2019, fueron 3,4 millones las personas que experimentaron inseguridad alimentaria severa y, ayer, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, publicó los resultados de un estudio que indican que ese número podría multiplicarse por cuatro en 2020.
La escalada del hambre crece a medida que la pandemia de COVID-19 golpea cada vez más a América Latina. En estos momentos, Brasil ocupa el segundo lugar a nivel mundial en número de contagios, detrás de los Estados Unidos, mientras la curva no da descanso en Perú, Chile y México.
Están en riesgo trabajadores informales, que constituyen una parte considerable de la fuerza laboral de América Latina, y los nuevos pobres, que son los que perdieron trabajos en medio de una recesión económica histórica.
Quienes experimentan inseguridad alimentaria severa se encuentran en situación de emergencia y no pueden satisfacer sus necesidades básicas.
Habrá una contracción del 5,3 por ciento en la economía regional, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Una proyección que adelanta la mayor caída en la historia de la región.
“Probablemente afectará más a quienes dependen de las ganancias diarias de los trabajos en el sector informal”, señaló el comunicado del organismo, que remarcó que en Bolivia, eso representa hasta el 60 por ciento de la población.
El director ejecutivo del PMA, David Beasley, advirtió en abril que 130 millones de personas adicionales podrían estar “al borde del hambre” en todo el mundo para fines de 2020.
La curva de contagio no es la única preocupación de la población y los especialistas. La curva de hambre es sumamente importante y de ser disparada podría tener implicaciones de largo alcance, que van desde niveles más altos de desnutrición crónica infantil hasta problemas de seguridad.
El programa de la Organización de las Naciones Unidas solicitó a los países que amplíen su red de seguridad social a aquellos que tradicionalmente no califican para recibir ayuda, como un modo de mitigar dicho impacto.
130 millones de personas adicionales podrían estar “al borde del hambre” en todo el mundo para fines de 2020, según un funcionario.
El PMA es el organismo de asistencia alimentaria más grande del mundo. Ayuda a casi 90 millones de personas en alrededor de 83 países cada año. “Salva vidas humanas en situaciones de emergencia, promueve la prosperidad y ayuda a lograr un futuro sostenible para las poblaciones que se recuperan de un conflicto, un desastre o el impacto del cambio climático”.
Fuente: TN